martes, 1 de septiembre de 2009

El secreto del titiritero

- Te lo juro, aquel tipo era el tío más duro de esta esfera. No sé como ha podido pasarle. Todavía recuerdo cuando Maggie y yo fuimos hasta El Cairo.
- ¿Por aquel asunto del tráfico de alas de hada?
- Si. El caso es que una panda de traficantes menores había descubierto a uno de los nuestros, un niño pequeño que apareció en medio de una aldeucha de bereberes. El crío no era gran cosa, pero sabía transformar la arena en agua, así que en aquella zona era el puto dios. Y ya sabes como funcionan esas cosas. Aparece un niño dotado y a su alrededor surge una plaga de hadas, hasta que el niño crece, pierde la inocencia y las hadas se van a dar el coñazo a otra parte, pero hasta entonces, las cazan, las cortan las alas, las reducen a polvo y se la venden a tíos dispuestos a fundirse el cerebro por un par de bueno viajes. ¿Quieres más café?
- No, pero pídeme otro trozo de tarta. De calabaza. La cocinera es un duende y su receta tiene más años que ella.
- Vale. El caso es que necesitábamos equipo difícil de conseguir, ya sabes, sangre de fantasma, escamas de dragón, plumas de grifo, una buena fiesta vaya, y nos dijeron que el titiritero era el mejor proveedor del mundo y que por suerte a veces trabajaba con nosotros.
- Mmmm, tío ¡Tienes que probar esta tarta!
- Nah, no me gusta la calabaza. Me habían contado que el titiritero había llegado a comerse una sombra.¡Una sombra! ¿Te he contado lo de la sombra que nos atacó en Perú? ¡Éramos 3 psíquicos y dos magos contando a Maggie y sólo la hicimos huir! Pero bueno. Tras perdernos un par de veces llegamos al teatro donde había desplegado su tapadera. Entramos en aquel antro a la mitad del espectáculo. Aquel tío era impresionante. bastón, levita negra, guantes blancos y conejos en la chistera. Lo mejor de todo era que ni siquiera usaba magia de verdad en su número. ¡Era todo un engaño!
- ¡Ja! Como aquel tipo de Nueva York, el que se metió en un ataúd lleno de agua durante tres días. Resultó que el fulano tenía un elemental de agua entre sus antepasados, y había heredado la capacidad de respirar bajo el agua… pero no se dio cuenta de que una vez que acabara el oxígeno del agua, se ahogaría igualmente. ¡Joder! ¡Por eso las peceras llevan motores!
- ¡Que va! Esto era genuinamente normal. Pero la sorpresa nos la llevamos al entrar en el camerino. Ya sabes que Maggie siempre lleva sus gafas de realidad inalterada, ¿verdad?
- Son caras, pero anular los hechizos de ilusión ayuda a salvar el pellejo, ¿Eh?
- Y que lo digas. Maggie se ponía las gafas y yo me enlazaba a su cerebro. Los psíquicos no podemos usar objetos de magos, pero puedo ver a través de los ojos de alguien que si pueda usarlos. Al principio nos temimos una emboscada. Los traficantes sabían que tarde o temprano iríamos a por ellos. El cuerpo del titiritero estaba tirado en una silla, como inconsciente, pero al fijarnos bien ¡Era un muñeco! El tipo de la chistera y la levita era un puto títere. Descubrimos que uno de los armarios era una puerta a otra habitación más amplia, una especie de almacén.
- Osea, que al final ni emboscada ni nada, ¿no?
- No. Peor. Nos encontramos con un gato del tamaño de una vaca, tumbado panza arriba fumando de una cachimba que olía a opio y mandrágora y con dos maromos rascándole la barriga.
- No me jodas que…
- Si. El titiritero es un gato pervertido y decadente con sobrepeso. El tipo insuflaba algo de esencia en el muñeco para sus apariciones públicas, y mientras tanto se drogaba en el camerino a la vez que sus dos esclavos le hacían cosas que no se deben decir en voz alta. Estaba tan gordo que ni siquiera podía llevarse las patas al hocico para lavarse, de modo que obligaba a los criados a lamerle.
- ¡Tío! ¡Que estoy comiendo tarta!
- Por lo menos estaba bien surtido. Nos hizo esperar a que le maquillaran para estar presentable para nuestro encuentro, pero tenía todo lo que le pedimos.
- ¿Y fue caro?
- Ah, ¿Pero no te imaginas lo que nos pidió como pago? Aquel cerdo peludo quería la mitad del polvo de ala de hada que requisáramos. Dijo que iba a dar una fiesta y no quería quedarse sin aperitivos. Aceptamos y nos largamos de allí. Aquello apestaba a drogas e incienso y otro par de olores que no quiero identificar. Pero antes de irme capté una imagen mental de su cabeza. Por lo visto no llegó a comerse aquella sombra.
- ¿Ah, no?
- No. La vomitó envuelta en una bola de pelo.

11 comentarios:

Deprisa dijo...

Si es que al final no hay pez gordo que no viva de las apariencias y coquetee con la droga. Esto también ocurre cuando en vez de un pez es un gato.

FRANCISCO JAVIER DE LAS HERAS ÁLVAREZ dijo...

Lo cierto es que la tinta de periodico tiene un efecto alucínogeno, procura no leer tantos periódicos, usa las nuevas tecnologías. En la web te puedes enterar igual sin exponerte y tener que escribir cuentos como este.
Lo cierto en que me ha gustado ahora entiendo que haces en la otra esquina de la redacción

JT dijo...

Muy bueno. El estilo "relato en conversación" te ha quedado redondo.

Rebeca Gonzalo dijo...

Sorprendente, divertido y sobre todo muy bueno. Diálogos fluidos aderezados con buenas dosis de fantasía.

Lo del tráfico de alas de hada es ingenioso, divertido y refrescante como otros golpes del relato. El desarrollo y el final confirman la idea inicial: un relato formidable e inolvidable. ¡Enhorabuena!

P.D.: La lista del equipo que necesitaban es genial.

Fernando Blanco dijo...

Es impresionante, lo narras con tal naturalidad que hasta me lo creo, por cierto, si tienes algo de alas, pásame un poco que estoy de bajón

Javi dijo...

¡¡Juas!!

Muy bueno, me ha molado el gato Hutt este, y lo de la sombra en una bola de pelo...

A lo mejor es por lo tarde que es, pero estoy pensando que esto me ha recordado mucho a Witchcraft... pero que también encajaría bien en las esferas... A ver si voy a tener que volver a dirigir pero cambiando la ambientación... jijiji

Fair Stalker dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fair Stalker dijo...

Esta de lujo, yo tambien lo veo en el
tema esfers, que por cierto a ver si nos ponemos con eso un poco en serio.

RaVeN Màvros dijo...

De muerte XD
Hacia tiempo no me reia tanto, de verdad.
Y mira que yo estoy fatal, pero las historias que tu sacas de un misero espejismo, o la vuelta que le das a las cosas que en principio querian aparecer con seriedad...

Sabes que me encanta leerte, asi que ni se te ocurra parar!

gina dijo...

tus "creacciones", (me encanta esta palabra), siempre me dejan con una sonrisa de esas que solo rasgan la comisura por uno de los lados, en la cara....ironica tu pluma, invita como de constumbre a pensar que nos engañas con ese aire de soñador en apuros...y que escondes un pequeño genio en el cajon de la mesa de tu ordenador...

Banshee dijo...

A los gatos los carga el diablo, no me cansaré de repetirlo.

Y sí, he pensado 'qué gilipollas' al leer lo del tipo del ataud de agua. Como si existiera de verdad. Leerte empieza a hacerme daño. Mucho.