jueves, 24 de septiembre de 2009

El rincón de las alimañas de Mika

- Y a pesar de todo sigues sin creerme... tu lo has visto con tus propios ojos, has volcado todo un tintero en esa hoja y lo ha absorbido ¡sin ni siquiera oscurecerse un poco!¿Qué más pruebas quieres?

- No lo se, pero no sería la primera vez que intentaras timarme, Gunter.

Los transeúntes pasaban deprisa, envueltos en sus abrigos y bufandas sin prestar atención a la pequeña tienda de animales, y mucho menos a los dos hombres de hablaban en su interior. Tampoco se fijaron a través de la puerta en la que se podía leer “el rincón de las alimañas de Mika” en el trozo de papel que sostenía uno de ellos.

- Todavía me pregunto hasta cuando pretendías seguir con la farsa del basilisco. Sabías que en cuanto le echara algo de comer y ese algo en vez de convertirse en piedra siguiera correteando por la caja, sospecharía algo.

- Bueno… yo ya te devolví la pasta, ¿no? Y además, no se notaba tanto…

- Gunter… ¡era una gallina envuelta en papel de plata pintado de verde!

- Gallina que por cierto te regalé, no lo olvides.

Mika suspiró, dando por imposible a su amigo. Con una inclinación de cabeza le indicó que pasara a la trastienda. Él echó el cierre y colocó el cartel de abierto en cerrado. En la trastienda se encontró con Gunter rebuscando en la pequeña nevera. Sabiendo que reprenderle no tendría ningún efecto en su incorregible proveedor de especies raras se fue a la estantería, a coger uno de los libros que heredó de su tío.

- A ver… D, D, D… ¡Aquí! Diablillo de la tinta… subespecie de duende… vive introduciéndose en trozos de papel y alimentándose de tinta… exuda un líquido cuyas cualidades dependen del color de la tinta de la que se alimenta, si es azul, es un alucinógeno suave, con tinta roja, cicatriza cualquier herida sobre la que se aplique, la tinta verde hace que produzca un veneno mortal… viene una lista con los colores y los efectos.

Gunter devoraba a dos carrillos unas chocolatinas que había encontrado y ahora buscaba algo de beber. Mika volvió a dejar el viejo tomo en su sitio.

- De acuerdo, me lo quedo, pero antes vamos a sacarlo de esa hoja. Quiero verlo…Gunter, tienes 17 años… ¡¿qué coño haces con una cerveza?!

- No me jodas tío, que eres peor que mi madre.- Abrió la lata y le dio un par de tragos.- El bicho son 500… y un poco de la cosa de alucinar cuando empiece a destilarla.

- Está bien. Alcánzame un recipiente de esos y déjame tu mechero.

Pusieron la hoja sobre una pecera llena de polvo que había en un estante junto a otras jaulas para diversos animales y Mika comenzó a pasar la llama del mechero sobre la superficie de la hoja. Por la otra cara unas gotas de color negro caían a la pecera. Al cabo de unos segundos un pequeño chapoteo les indicó que el diablillo ya había caído. Era un ser pequeño, de aspecto frágil y puntiagudo, cubierto de una babilla viscosa.

- Eso es la sustancia que dice el libro, aunque no se que efecto tiene con tinta negra… bueno, pásate mañana por el dinero. Y sigo interesado en los retoños de mandrágora. Si consigues alguno soy el primero de tu lista, ¿de acuerdo?

- De acuerdo. ¿me paso a las cinco?

- Si. Pon el cartelito en abierto al salir.

Gunter se acabó la cerveza de un trago y se metió un par de chocolatinas en los bolsillos. Se despidió con un gesto y se marchó. Mika se agachó para ver mas de cerca de su nueva adquisición. Se palpó los bolsillos y encontró un bolígrafo azul.

- bien bichejo, ¿tienes hambre?

3 comentarios:

gero dijo...

Yo quiero uno de tinta roja. o azul, en su defecto...

Javi dijo...

¡Por fin! :)

Te lo enlazo en la Bestiario jejeje

Deprisa dijo...

Me encanta la habilidad de Gunter para negociar. "Gallina que por cierto te regalé".

Un Diablillo que es un laboratorio de drogas viviente y fácil de transportar... valdría una pasta hoy en día.

Ehse de Deprisa.