martes, 26 de agosto de 2008

Mignola

Cuando a Hombre se le acercó la hora de morir le asaltaron las dudas. ¿Permitiría Dios que Hombre volviera después de su última hora? Aún había muchas cosas que experimentar. Como Hombre tenía que cuidar que Fuego no se extinguiera le confió a Perro, su mejor amigo, la misión de ir a rogarle a Dios que permitiera a Hombre regresar después de la muerte.

Perro devoró los caminos hasta la morada de Dios, pero antes de llegar se detuvo a recuperar fuerzas junto a Rana, quien preparaba sopa.

"He de pedirle a Dios que permita regresar a Hombre después de la muerte. Por favor dame un cuenco de sopa para que pueda continuar", dijo Perro a Rana. Hombre había secado a Río para poder cultivar. provocando la muerte de muchos familiares de Rana. Si Hombre volvía después de la muerte Río nunca se recuperaría.

Perro retomó el camino después de haber descansado. Llegó a la morada de Dios y le transmitió la petición de Hombre con la más conmovedora melodía de aullidos y palabras. Narró su amor a la vida y su deseo de disfrutarla plenamente. Cuando acabó Dios estaba llorando.

Pero Rana había llegado antes.

5 comentarios:

Ilanisv dijo...

La vida no permite descansos. Si no perderíamos muchas oportunidades.

Laura Luna dijo...

Me gusta mucho el tono del relato y cómo haces que los motivos de cada uno se entrelacen hasta crear varias reflexiones sobre la vida y el papel del ser humano en la Tierra.

Eso sí, la escritura es como un músculo que hay que ir ejercitando ;) No la dejes, has de buscar tu Bankai ;)

No me ha quedado muy lucido el comentario, pero a estas horas ya tengo el cerebro frito XD

Besitos,
Mun

María José dijo...

No podemos esperar hasta el final de nuestro camino para pedirle a los demás que intercedan por nosotros. Somos dueños y responsables de nuestros actos y debemos afrontar lo que nosotros mismos hemos provocado.
Además se debe vivir como si ese día fuese el último, no hay segundas oportunidades.

Elestel dijo...

A veces nuestros desmanes son los que terminan cogiendo fuerzas frente a nuestras buenos actos. Somos ambas cosas, nuestros aciertos y nuestros fallos a la vez. Y no siempre tenemos oportunidad de que lo primero pueda ser lo que vean más de nosotros.

Por ello... hay que seguir insistiendo!

Mj dijo...

Pues sabes qué creo? Creo que antes que Rana seguramente podría haber ido alguien en contra suya.

Es decir, el cielo de un hombre es el infierno de otro ;)