martes, 26 de agosto de 2008

Mignola

Cuando a Hombre se le acercó la hora de morir le asaltaron las dudas. ¿Permitiría Dios que Hombre volviera después de su última hora? Aún había muchas cosas que experimentar. Como Hombre tenía que cuidar que Fuego no se extinguiera le confió a Perro, su mejor amigo, la misión de ir a rogarle a Dios que permitiera a Hombre regresar después de la muerte.

Perro devoró los caminos hasta la morada de Dios, pero antes de llegar se detuvo a recuperar fuerzas junto a Rana, quien preparaba sopa.

"He de pedirle a Dios que permita regresar a Hombre después de la muerte. Por favor dame un cuenco de sopa para que pueda continuar", dijo Perro a Rana. Hombre había secado a Río para poder cultivar. provocando la muerte de muchos familiares de Rana. Si Hombre volvía después de la muerte Río nunca se recuperaría.

Perro retomó el camino después de haber descansado. Llegó a la morada de Dios y le transmitió la petición de Hombre con la más conmovedora melodía de aullidos y palabras. Narró su amor a la vida y su deseo de disfrutarla plenamente. Cuando acabó Dios estaba llorando.

Pero Rana había llegado antes.