El mío negro, con un poco de vainilla, el de ella con leche. Empapa unas galletas con aire distraido. A veces parece que su cabeza va más deprisa que ella misma. Le pido que me cuente algo, ella me habla de Mia, una amiga en común. Tan distraida como ella parece estar ahora. Por fin arranca a hablar. Batalla ganada:
"Mia estaba tumbada en la hierba y observaba el cielo. Miraba como las pocas nubes se movían, como alguna aparecía y como de repente desaparecía el sol y se hacia de noche. Miro a los que tenía al lado y su estómago reacciono. Las mariposas despertaron del letargo. Algo parecido a cuando te levantan de una de tus mejores siestas. Un batalla pequeña pero inevitable. "Vamos" soltó. "¿Cómo? ¿A dónde quieres que vayamos, Mia?" "Me da igual, pero vamos". Recogieron y comenzaron a andar. Seguía mirándoles y eso era cada vez peor: Patadas en el estómago, sensación claustrofobia, gritos que la angustiaban y ataques a punto de... Sus pies la llevaban, no sabía exactamente a donde pero algo la estaba lanzando hacía delante. De repente salió corriendo: "abrázame" y las mariposas se volvieron a dormir"
Caliope acabó su taza de té. Adios, un beso. La próxima en mi casa.
3 comentarios:
curiosa historia, demasiado curiosa. me ha gustado no lo dudes. de las que me han parecido más claras y transparentes y a la vez me suscita más dudas :S
Has elegido una musa dificil...
Me ha gustado, sobre todo porque se a que se refiere.... en estos momentos es genial conoceros, a los dos. un beso
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