martes, 3 de noviembre de 2015

Tabaco XIII (PerVerso)

La primera vez que probé tus labios fue a través de un filtro manchado de carmín y desde entonces no sé si tengo mono de nicotina o de ti.
Se me iluminaba la mirada cada vez que mis ojos se cruzaban con los tuyos y solo se interponía entre nosotros la llama de tu mechero.
Yo que era de toserte los piropos, y tú, que nunca supiste limpiar los ceniceros.
Yo que veía tu silueta en cada bocanada de humo, y tú, que me cogías la mano con el desapego con el que se sujeta un cigarro.
Yo que prefería el cartón entero, y tú, que liabas los pitillos uno a uno.
Yo que no podía aguantarme las ganas de amarte de tres caladas, y tú…

tú que has dejado de fumar.

1 comentario:

Isabel dijo...

Que bueno, me encanta el final. Como un ¡zas! En toda la boca.