Me he levantado una carpa en el pecho
y he nombrado a mi corazón jefe de pista
por todas las veces que me llamaste payaso
por intentar hacerte reír
y por las que al final tengo la risa triste
y a veces negra.
Por tratar de hacer pasar tus complejos y mis defectos por el aro
a sabiendas de que a los sentimientos no les asusta un latigazo.
Por que quise ser equilibrista sin red en tu pelo
pero mi miedo a las alturas
me hizo tropecista en tu piel.
Y sobre todo porque lo nuestro no era amor...
cariño, aquello era un circo.
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