Besteiros apuró el cigarrillo y echó un vistazo a su alrededor. El cuerpo presentaba las mismas marcas que los casos anteriores, las mismas laceraciones. Estaba claro que se trataba de su asesino. Dio un par de órdenes a sus hombres y comenzaron a trabajar. Le esperaba una noche muy larga. Y se estaba quedando sin tabaco.
8 comentarios:
A eso yo le llamo poner la miel en los labios y quitarla.
Más, porfa :(
Muak,
Mun
El tabaco es la musa de la truculencia.
Buena "captura" literaria.
Y por cierto, genial el comentaro de Fernando Blanco. Para libro de citas.
Y le quitaste el dulce a la linda niña! malvado! continua... no juegues.
PARA cuando ese cuento de navidad ?
felices fiestas
Caminaba por la oscura ciudad, y entre sucios y malolientes callejones llegúe a un viejo antro del que me habían hablado. Graznidos de no se qué... Parece que dentro sonaba algo de Radiohead. Crucé aquella puerta negra maltratada por las nieblas vallisoletanas y bajé las escaleras.
Lo que me encontré...? algo brillante, la verdad.
Ya era hora de dejarme caer por aqui. Leerte es un placer!!
Yo no me canso de visitarte.
Y lo que aquí leo no se me ha olvidado. Tienes el don de la palabra, y has impresionado mis sentidos.. ^^
No se puede vivir sin tabaco...
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