martes, 15 de diciembre de 2009

Érase una vez...

Érase una vez, una sola vez, una única vez, en la que existió un hada madrina. El resto de veces Cenicienta no tuvo tanta suerte.

martes, 1 de diciembre de 2009

Tabaco III

Aplastó la colilla a conciencia contra el cenicero de cristal, extinguiendo cada destello anaranjado con el filtro arrugado. El cigarro emitió sus últimos suspiros de humo y nicotina y quedó abandonado a su suerte, junto a otros dos desgraciados aspirados por la impaciencia y los segundos amontonados uno detrás de otro, en fila india, saltando por el acantilado del tiempo. Miró el cenicero. Era una tumba abierta, una fosa común donde se entierra el ansia a golpe de mechero y calada. Por fin atravesó la puerta. Sonrió recordando una de las perlas de sabiduría de su abuelo.
"Chico, solo las mujeres interesantes acuden a las citas tres cigarros más tarde que tú"