miércoles, 21 de noviembre de 2007

A bordo del Viento del Cambio

Recojo el guante con el que Scry (http://scryscript.wordpress.com/2007/11/20/camino-al-puerto/) me pega y acepto su desafío, en parte por que se lo prometí, en parte por que la frase me lo pide a gritos. Pequeña, aquí está mi historia.

________________________________



El pirata se apartó para dejar que Mharie se incorporara a la tripulación.

Se sentía extraña. Estaba en medio de la cubierta mientras los piratas llegaban. Sabía que eran piratas por que el libro así lo aseguraba, pero por su aspecto nadie podría decirlo a ciencia cierta. Un joven vestía de mimo, con la cara pintada representando un gesto triste congelado en el tiempo. Una gitana sostenía una bola de cristal dentro de la que se arremolinaban volutas de humo. un hombre trajeado consultaba algo en su agenda digital. Un chico vestido con oscuros ropajes orientales pese a sus rasgos mediterráneos, la miraba intensamente con una sonrisa en la cara. El pelo negro le caía sobre lo ojos verdes. El hombre que le había franqueado la entrada llegó junto a ella. Con voz fuerte comenzó a hablar:

-¡Avisad al capitán!¡Ha llegado una nueva tripulante!

Tras unos segundos de actividad todo los marineros estaban de pie, en círculo alrededor de Mharie. Alguien carraspeó detras del muro de personas e inmediatamente se hizo un pasillo por el que avanzó un niño de unos ocho años. Llevaba un tricornio demasiado grande que se le caía hacia delante contantemente. Colgada del cinto, iba arrastrabdo una espada de madera de dos veces su estatura. Se puso frente a ella y mirándola a los ojos comenzó a hablar. Tenía voz de adulto.

-¿Has meditado el significado del libro y de las acciones que te ves impelida a tomar?

Su tono era melodioso y el lenguaje un tanto enrevesado, pero la seguridad con la que habló el niño con voz de hombre sólo daba lugar a una respuesta.

-Si- contestó Mharie.

-¿Dejarás tu vida atrás para seguir mis órdenes y dedicarás el resto de tus días a descubrir la Verdad a bordo del Viento del Cambio?

-Si.

-¿Dejarás atrás tu nombre?

-¿Tengo otra opción?

-Me temo que no. Responde.

-Si.

-¿Sabes ya quien quieres ser?

Mharie asintió con la cabeza. El campitán sonrió. Todos los piratas dirigían sus miradas de uno a otro. Todos habían pasado ya por ese ritual en el que se quitaban la venda de la apariencia de los ojos y se iniciaban como tripulantes del extraño barco. Lo habían contemplado docenas de veces, y aún así se trataba de algo impresionante.

-Gritalo al viento.- Susurró el Capitán.

Mharie inspiró, dio dos pasos atrás, cerró los puños y gritó con todas las fuerzas de las que fue capaz:

-¡Mi nombre es Luuuuuuuuuuuuuuuuuuuz!

En ese momento su cuerpo empezó a brillar, primero con un suave respandor, después con una potencia cegadora. Comprendió que se acababa de convertir en un elemental del destino al servicio de la Verdad, que iría a buscarla allí donde estuviera, que a partir de ese instante se dedicaría a la caza de secretos custodiados por monstruos y que después los gritarían al aire, para que todo el mundo que quisiera pudiera escucharlos. Supo que como ella, los demás tripulantes habían recibido un don al cambiar de nombre. Les miró detenidamente. Ahora todos le sonreían. El Capitán dio un paso al frente.

-Bienvenida, Luz.- El niño con voz de hombre se volvió hacia sus hombres.- ¡¿Que haceis ahi parados?!¡Levad anclas!¡Zarpamos!

Y a una orden del Capitán, el barco se puso en marcha.

_______________________________________________

Ahora os toca a vosotros iniciar una historia con la frase en verde. Creo que voy a reutilizar la idea para un concurso, así que si os animais a escribir, avisadme para después hable con vosotros, no sea que me descalifiquen por plagio.

1. Coge el libro más cercano, ve a la página 18 y transcribe la línea 4.
“-Estoy de luto por el señor Shigeru- respondió Kaede.” Con la hierba de almohada, segundo tomo de la tetralogía "Leyendas de los Otori" de Lian Hearn
2. Cuenta lo último que viste en la tele.
el sindrome de Ulises
3. Aparte del ruido del ordenador, ¿qué más se escucha en este momento?
Saratoga - decepción
4. ¿Cuándo te reíste por última vez?
Ayer por la noche, cuando hablando con mi tia por telefono escuché a su loro cantar flamenco.
5. ¿Qué hay en las paredes donde te encuentras ahora mismo?
Estanterías repletas de libros, comics y miniaturas. sobre el cabecero de la cama hay una corchera con algunas fotos, entradas de conciertos y obras de teatro, tickets de cine, unpos cuanto posavasos de cervezas de importación
6. ¿Cómo estás vestido/a en este momento?
Completamente de negro, botas, pantalón de loneta y polo de cuello alto
7. Algo que los bloggers no sepan sobre ti.
mi paupérrimo pulso. a vecez, con los nervios, tiemblo tanto que si me esfuerzo puedo estar en dos sitios a la vez
8. ¿Cómo son tus manos?
alargadas, con los dedos también largos y un poco torcidos por la costumbre de crugirme los nudillos
9. ¿Qué ves desde tu ventana?
El patio de luces, cuerdas con ropa y otras ventanas
10. ¿Qué imagen podría definirte?
creo que esperaré a que yo mismo sepa como soy para haceroslo saber a vosotros.
_______________________

Meme patrocinado por Scry (http://scryscript.wordpress.com/)

lunes, 5 de noviembre de 2007

Una mancha de vino en el mantel

Una mancha de vino en el mantel. El único testigo silencioso de lo que ocurrió aquella noche. Francés, espeso y rojo, como savia sangrada por un rubí apuñalado sobre la mesa. Aún húmeda, de un fuerte olor a madera, fruta y arte. Y callada. Ni una palabra, ni un vestigio. Nada, sólo quietud. La mancha nada nos dirá sobre los dos cuerpos que yacen en el suelo. Omitirá cualquier detalle sobre las chispas que desprende el tronco de la chimenea y del cálido ambiente perturbado por los sollozos de la mujer sentada a la mesa. Responderá con un silencio cuando preguntemos por los restos de honor y orgullos rotos alrededor de los cadáveres y fingirá no oír nuestras demandas acerca de las palabras que fueron germen de ira y venganza, de ciega justicia divina que nada tuvo de sagrada.
Otra mácula crece cerca de nuestra mancha de vino francés, espeso y rojo. Son lágrimas, que por numerosas y abundantes no son saladas, si no amargas por la culpa que las causa. La mujer llora sin saber por qué muerto lo hace, o si por los dos o por ninguno, y que el diablo la lleve si quiere pararse a pensarlo. Sólo llora.
Las lágrimas en cambio cantan. Cantan la virtud de la fidelidad jurada y la audacia del amor furtivo. Maldicen en triste paso la futilidad de la resistencia, la debilidad del corazón y lo obsceno de la pasión.
Y a la mesa los tres pilares de la sinrazón: lo debido, lo deseado y la mujer que dudó y duda. Dudó si dejarse llevar y duda si el debido conoce su desliz, por que el fuego de su ser la obligó a yacer con el deseado. Las llamas eran evidentes, lo suficientes para llenar los comentarios de las sordas paredes.
Y a la mesa los tres pilares de la sinrazón, que como las lágrimas acaba hablando, y callando después para escuchar las palabras del acero en respuesta al vino derramado. Pero el vino calla, la mujer llora y las lágrimas por los muertos cantan.